AQUÍ ESTOY

Como semilla de perejil, llena de vida, pequeñita, con un color corriente, marrón o gris, indiferente, pero con toda la potencia en espera de la tierra que acoge, del agua que germina. AQUÍ ESTOY mirando al cielo buscando Tu sol radiante.

Como grano de arroz en la paella de la vida, igual que todos los demás, rodeada de mucho alimento, con ganas de ser paladeada. AQUÍ ESTOY esperando Tu sal que da el gusto a la boca que desea.

Como gota de agua  que corre en el espejo de la vida con un destino vertical, imparable y real. Con la intención de tener la temperatura apropiada para cada momento del día: caliente para la ducha de mañana; hirviendo para el té del desayuno; fresquita para acompañar la comida y helada, como hielo,  para la copa festiva de la noche. AQUÍ ESTOY esperando Tu presencia que me empape.

Como fino trazo de color en el dibujo del destino. Un trazo más en la trama de la vida, uno más en la comunidad de uno, más otro, más otro. Necesario como los demás con el tono del color que tú has querido, amarillo, rosa, violeta, o naranja. AQUÍ ESTOY esperando Tu mano, Tu diseño, la belleza del trazo de Tus dedos.

Como nota musical en la sinfonía de la vida, despistada en solitario, pero con sentido en el total de Tu cantar, de Tu voz que armoniza, de Tus ritmos delicados, de la fuerza de Tu ser. AQUÍ ESTOY con los oídos abiertos en espera del cantar de los cantares, Tu cantar.

Como un nombre en las lista de las personas que pasaron y pasaran por este mundo, uno más que se repite otra vez, pero cuyos apellidos son únicos, son propios, son los que Tú me has puesto y me identifican. AQUÍ ESTOY con deseo de escuchar mi nombre en Tu boca.

Aquí estoy, pequeña e insignificante dentro del mapa de la vida. Aquí me tienes. 

Isa

Una música para acompañar tu lectura:

Michel Legrand:  » The Summer Of ’42 » (3:53)