Cosecha

Al ir, van llorando,
llevando la semilla;
al volver vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Salmo 126, 6

En la Biblia encontramos la palabra COSECHA en muchas ocasiones. 

La acción de cosechar tiene mucho paralelismo con las cosas de la vida.

Una buena cosecha necesita de muchas labores previas: seleccionar las simientes, preparar el terreno, orearlo y  abonarlo. Luego ya puede sembrarse.  Después hay que regar en su justa medida y desinsectar. Y a pesar de todas estas labores  la cosecha puede malograrse por otras circunstancias fuera del alcance de nuestras manos como son las inundaciones, el granizo, alguna helada o la sequía extrema.

Cuando sembramos, ponemos el corazón en ello, ya visualizamos una gran cosecha, pero nunca tenemos la seguridad del éxito en el trabajo.

Hay una mente superior a la nuestra que tiene todo planificado a la perfección y busca otra COSECHA, por tanto debemos aprender a vivir a la intemperie suya, a la intemperie de Dios.

Isa

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