Amenazados

Ana Cervera. Orar con Sencillez de corazón. PPC.«Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan, y cuando digan falsamente de vosotros toda clase de infamias por ser mis discípulos…»

El miedo paraliza la existencia, la confianza le pone alas.

Nos cuenta el evangelio, que en el mar de Galilea los discípulos de Jesús tuvieron miedo, porque la barca en la que se encontraban con Él se tambaleó a causa de una fuerte tormenta, y Jesús, mientras, dormía.

El detalle del sueño de Jesús es difícil de entender en su literalidad, pero fácil si pensamos que el trasfondo del  relato trasmite la falta de fe de los discípulos en aquel momento de peligro. Cuenta la desconfianza que trae consigo el sentimiento de soledad.

Si actualizamos este pasaje para que nos hable hoy, podemos imaginar que nosotros somos los que estamos en la barca  y la tormenta son las persecuciones sufridas por mostrar al mundo nuestra condición de cristianos.

Ante todo esto, Jesús dice que, aunque parezca que está dormido y no se entera, no es asi,  y por ello no debemos tener miedo ni tampoco sentirnos solos.

Ahí, en esa situación relatada en el evangelio, continúa la bienaventuranza dando ánimos y diciendo:» ¡Alegraos y estad contentos, porque en el cielo tenéis una gran recompensa!¡ Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que vosotros.»

Siempre hay personas que sufren la amenaza por vivir de una manera comprometida su condición de cristiano. Esto, aunque parezca mentira, es la felicidad.

La fe contrarresta al miedo.  Ir de la mano del ser supremo da seguridad y hace aguantar lo que sea, hasta la muerte, y como Jesús una muerte de cruz. El que vive así pone la mirada más allá del horizonte, porque sabe, o al menos intuyen, que Dios le espera siempre en su reino, un reino que es el comienzo de la Vida verdadera.


Alberto Iglesias. El faro:cuanto llevo de ventajas (1:43)